"Mouchos, coruxas, sapos e bruxas....."
Así comenzaba el "esconxuro" que había que recitar al hacer la típica queimada gallega. Yo siempre había pensado que "coruxas" eran "corujas". Pero no. "Coruxas" quiere decir lechuzas. Supongo que esta equivocación mía viene porque el primer conocimiento que tuve de la existencia de las corujas me vino por unos vecinos gallegos que teníamos.
Las corujas, también llamadas "pamplinas" (y algún que otro nombre más) se cogen por estas fechas. Las puedes encontrar formando una alfombra en esa especie de regatos que corren medio embalsados y que sólo se producen en estas épocas del año. Aunque están en aguas limpias, se mezclan un poco con el lodo. Hay que lavarlas muy bien y echarles la gotita de lejía. Aunque las coges con tijera, hay que realizar después un meticuloso proceso de selección, quitando alguna hierba que se nos ha colado y eliminando alguna que otra raicilla. Y hay que tener suerte para cogerlas. Si es muy pronto son muy pequeñas, y si les ha dado ya mucho el sol se "espigan".
En ensalada, con un "majado" de ajo, cominos, pimentón y sal, más el aceite y el vinagre, ¡están buenísimas!!! (también añadir cebolleta y aceitunas negras).
Advertencia: No puedo decir si es sólo un rumor, pero.....¡tienen fama de "pedorras"!!! Jajajaja
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