OLOR DE MADRE:
Hoy en una tienda he visto esta crema y no he podido evitar comprarla. Recuerdo a mi madre ponerse un pegotito de esta crema y frotarse la punta de los dedos con los restos de un limón antes de ponerse los guantes de fregar (eso si, si te ponías tu luego esos guantes... ¡daba un repelus del mejunge que había dentro...!).
He llegado a casa y he abierto la crema y.... ¡olia a mi madre!

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