El viernes por la tarde teniamos celebracion conjunta de cumpleaños (el tema "invitaciones" lo cuento en otro rato). De comprar la tarta se iba a encargar otra mamá (gracias Eva), pero yo era consciente de que para ella iba a resultar más engorroso. Además, yo los viernes salgo antes algunas veces, y así podria comprar la tarta ese mismo día.
Pero en el atasquillo de las 2....¡ay, dichosos atascos, el tiempo que dan para pensar!!! jajajaja.
Pues eso, ahí empecé a pensar que igual podía hacer algún adornito para la tarta. Pensé en hacer unos mini-bustos de cada niño, pero para ello hay que sujetarlos con palillos (la nariz a la cara, y la cara al busto y a la tarta) y pensé "quita, quita, a ver si con el jaleo alguno se lo lleva a la boca entero y se clava los palillos...". Mejor algo plano: Las caritas cada una con el pelo de su color, y ya. Un poco soso, ¿no?. ¿Por qué no ponerle un pañuelo-pirata?. ¿Y pintarles el parche?. ¿Y que tal un cartelito con su nombre?.
Pues rezando para tener fondant en casa suficiente y que estuviera en condiciones (se llega a poner inservible), zumbando compré la tarta, me comí un sandwitch rapidito y me puse manos a la obra.
Por intentar aprovechar el fondant blanco se me colaron algunos grumitos que ya eran inamasables (duros como piedrecitas). En lugar de mezclar con tinte comestible (amarillo y rojo), para tener más cantidad de masa, mezclé con fondant amarillo y fondant rojo... ¡casi me salen las caras de los niños de un color "aleman-que-lleva-dos-dias-al-sol"!!.
Coloqué los pelos, el pañuelo rojo, pinté las caras, el parche, los lunares, los nombres (en carteles amarillos, el fondant blanco no dio para más) y crucé los dedos para que llegara a su destino en un razonable estado (con la pintura tan, tan reciente, no las tenía todas conmigo...)
El resultado fue que niños y padres se zamparon la tarta (de verdad que estas del mercadona son éxito seguro), las caritas fondant y casi hasta la vela!!! jajajaj

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